Las fracturas de cadera suelen ser habituales en el anciano. En ocasiones son causadas por caídas pero en otros casos primero se origina la fractura (por debilidad del hueso ante las presiones ejercidas durante la marcha) y después la caída siendo difícil de identificar cual de las dos ha sido primero.
Las personas que la sufren presentan un dolor intenso en la zona pélvica con inflamación e incapacidad para caminar, incluso de levantarse si se encuentran en el suelo.
Aunque hay muchos síntomas que pueden identificar la fractura de cadera, la radiografía es la que confirma el diagnóstico e identifica donde ha sido la zona afectada.
En muchos casos el paciente tiene que pasar por quirófano para reparar o reemplazar parcial o completamente con prótesis la articulación de la cadera.
A partir de ahí la rehabilitación pasa a ser una herramienta fundamental. El fisioterapeuta tras la valoración oportuna y el planteamiento de unos objetivos iniciará la rehabilitación a través de ejercicios específicos para evitar la perdida de movilidad y fuerza, iniciar la marcha y así volver a ganar la autonomía que el paciente tenía antes de la misma.
Además se deben enseñar pautas para mantener el acondicionamiento físico de los brazos y del tronco, explicar que es lo que no se debe hacer (por ejemplo, no cruzar las piernas) y ejercicios autónomos para prevenir procesos inflamatorios , úlceras por decúbito, etc.
También es posible que en la primera fase, el cuidador necesite aprender como mover al paciente a la hora del cambio de pañal si es el caso, sentarlo… En esos momentos surgen inquietudes que son importantes de solucionar para la tranquilidad del cuidador y la seguridad de que está realizando bien los cuidados al enfermo.
En Fisiocontigo, fisioterapia a domicilio, tenemos gran experiencia en las fracturas de cadera realizando rehabilitación hospitalaria y en el domicilio.